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La tarjeta revolving es una tarjeta de crédito que te permite aplazar el pago de todas tus compras. En lugar de pagar a mes vencido, como suele hacerse con las tarjetas corrientes, puedes pagar a plazos, aplicando intereses.

Este producto de crédito ha ganado en popularidad gracias a su flexibilidad y, sobre todo, lo lucrativo que resulta para los bancos. Los intereses a aplicar en una tarjeta revolving pueden alcanzar el 25%, lo que los convierte en usurarios. Por eso, la ley de usura se ha convertido en una herramienta para que los clientes de entidades bancarias recuperen su dinero.

Reclamar tarjeta revolving

Una tarjeta revolving es un tipo especial de tarjeta de crédito mediante la cual solo puedes pagar las compras a plazos con intereses.

¿Qué es una tarjeta revolving?

La tarjeta revolving permite hacer pagos independientemente de que se disponga de fondos o no en la cuenta asociada. En este sentido funciona como una tarjeta de crédito, pero la diferencia radica en que el usuario de una tarjeta revolving puede aplazar la devolución del dinero en lugar de pagar en la fecha de liquidación.

Así, los pagos se realizarán según las cuotas pactadas, a las que se aplicarán los intereses correspondientes. El problema con este tipo de productos es que suelen aplicar unos intereses muy elevados. Además, su funcionamiento induce a caer en una espiral de endeudamiento.

¿Cómo funciona la tarjeta revolving?

Estas tarjetas te permiten realizar compras con independencia de tu nivel de liquidez. Posteriormente tendrás dos formas de pago:

  1. Porcentaje. Si eliges esta forma de pago tendrás que abonar un porcentaje de tu saldo mensualmente. Suele aplicarse un porcentaje mínimo y máximo, que tienden a oscilar entre el 5% y el 25%.
  2. Fijo. Al elegir esta forma de pago abonarás una cuota fija. También se establece una horquilla de pagos mínimo y máximo.
 Las tarjetas revolving también permiten devolver la totalidad del crédito a mes vencido. En este caso funcionarían como una tarjeta de crédito. La cuestión es que esta forma de pago no devenga intereses, por lo que los bancos no suelen promocionarla.

En definitiva, una tarjeta revolving funciona realmente como un crédito de consumo. El límite de crédito y la forma de devolución se estipulan en el contrato de la tarjeta. De ellos van a depender los intereses a aplicar, que pueden ser reducidos (e incluso inexistentes) cuando se opte por realizar pagos totales, o muy elevados si se opta por pagos aplazados.

Conforme vayas disponiendo del crédito pactado tendrás acceso a menos dinero. Y al realizar tus pagos reintegrarás el capital disponible. De modo que la tarjeta revolving funciona como un fondo de dinero extra, del que puedes disponer y que luego restituyes poco a poco.

Por tanto, estas tarjetas se comercializan como un instrumento de pago flexible, que permite disponer de fondos adicionales y reponerlos poco a poco. Además, cada pago se convierte de nuevo en capital disponible. Pero, ¿son tan beneficiosas las tarjetas revolving?

Los riesgos de las tarjetas revolving

Como ves, una tarjeta revolving es en realidad el título de un préstamo preconcedido. Esto supone dos riesgos principalmente:

  • Potencian el consumo. Al tener el crédito permanentemente disponible el consumidor puede utilizarlo irresponsablemente. Ten en cuenta que cada euro devuelto se convierte en un euro disponible. Además, como no se devuelve la totalidad del saldo siempre queda un remanente de deuda que genera intereses. En definitiva, el consumidor termina incurriendo en una espiral de endeudamiento. Muchos usuarios de tarjetas revolving terminan pagando prácticamente intereses, de modo que nunca terminan de amortizar el capital.
  • Incorporan elevadas tasas de interés. Los intereses superan el 25% en muchos casos, y el 20% en la práctica totalidad de ellos. Esto ha hecho que el préstamo preconcedido asociado a la tarjeta revolving se considere un crédito usurario, y pueda reclamarse mediante la aplicación de la ley de usura de 1908 (ley de Azcárate).

Las tarjetas revolving se comercializan como un producto sencillo, sin aparentes costes ni comisiones y con unas cuotas muy asequibles para devolver el dinero prestado.

El problema es que esas cuotas tan bajas esconden unos tipos de interés tan altos en su composición que prácticamente no permiten amortizar nada del capital adeudado. De este modo, aunque el cliente pague las cuotas, la deuda no disminuye e incluso en algunos casos aumenta.

En definitiva, aunque estos productos parecen brindar crédito y flexibilizar su devolución, en realidad sitúan al usuario en un escenario comprometido. En primer lugar, porque debe hacer un uso muy cuidadoso del dinero prestado. Y en segundo lugar, porque incluso en ese caso tendrá que asumir un volumen considerable de intereses.

Formas de reclamar por tu tarjeta revolving

Estos riesgos han arruinado a muchos usuarios de tarjetas revolving, que se han visto atrapados en una espiral de deuda. Por eso, cada vez es más frecuente reclamar por este tipo de instrumentos. Las principales vías para recuperar tu dinero perdido en estos productos son:

  • Ley de Azcárate. Los elevados intereses que se aplican con estas tarjetas permiten su impugnación por aplicación de la ley de usura. Esta es la vía habitual de reclamación desde que la Sentencia del Tribunal Supremo n.º 628/2015, de 25 de noviembre, declarara que las tarjetas revolving pueden resultar usurarias.
  • Falta de transparencia. En determinadas ocasiones puede invocarse la nulidad de la cláusula de intereses si la tarjeta se ha comercializado sin ofrecer la información debida. Ten en cuenta que la jurisprudencia exige un doble control de incorporación y transparencia cuando se celebran ciertos contratos con consumidores y usuarios.
    • El control de incorporación está regulado en los artículos 5 y 6 de la Ley de Condiciones Generales de Contratación. Básicamente requiere que se informe específicamente acerca de este tipo de condiciones, que deben redactarse de forma transparente, clara, concreta y sencilla.
    • El control de transparencia está regulado en los artículos 3.1 y 4.2 de la Directiva 93/13/CEE. Determina la nulidad de una cláusula que no se negociaran individualmente (condición general de contratación) y cause un desequilibrio importante entre los derechos y obligaciones de las partes. En este sentido, el consumidor debe conocer las consecuencias jurídicas y económicas del negocio. No basta, por tanto, con una mera información, sino con el entendimiento real de la relevancia de esta cláusula en el contrato. Y ello porque no comprender esta relevancia supone un error en el consentimiento del consumidor.
    • En sintonía con lo anterior, pesa un especial deber de diligencia sobre el banco a la hora de informar sobre la trascendencia de estas cláusulas. Entre otras normas, resulta aplicable la normativa MiDFID II, la Ley del Mercado de Valores y el RD 217/2008. Este deber de diligencia es particularmente difícil de cumplir en un producto como la tarjeta revolving, donde no puede ofrecerse un cuadro de amortización previo dado el carácter variable del crédito.

En definitiva, existen vías para anular una tarjeta revolving y recuperar lo pagado de más. La principal es la ley de usura, que permitirá que tu abogado te libre de la deuda y recupere tu dinero. Pero, sobre todo, lo mejor es estar bien informado antes de contratar productos de este tipo.

Tarjetas revolving más populares

Entre las tarjetas de tipo revolving comercializadas en España de forma más frecuente, se encuentran las siguientes:

Además, también hay créditos de tipo revolving que se comercializan como líneas de crédito sin tarjeta física, como es el caso de algunos de los comercializados por financieras como Cofidis, Vivus o Creditea.

Si tienes o has tenido alguna de esas tarjetas o créditos revolving y consideras que pagas o has pagado unos intereses demasiado elevados, es posible que puedas reclamar su devolución.

Fuente:conceptosjuridicos

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